Según estudios psicológicos, hay varias inteligencias que tiene un solo humano. Hay mucho que aprender y mucho que desarrollar para un niño a medida que crece hasta la edad adulta.
La aparición de los programas extracurriculares respondió a esta demanda proporcionando actividades en las que los niños puedan desarrollar su propio talento. Los programas se dividieron en tres categorías distintivas: académicos, recreativos y sociales.
El equilibrio entre estas categorías es importante para que sea aplicable a todos los alumnos sin importar el tipo de inteligencia que tengan. Los programas extracurriculares tienen como objetivo desarrollar el sentido de pertenencia del niño, ya que le enseñan a socializar con los demás mientras disfruta de las actividades que le ofrecen.
Estos programas pueden ofrecer a nuestros jóvenes un refugio seguro y supervisado, así como la oportunidad de aprender nuevas habilidades como la resolución de conflictos, prepararse para una carrera exitosa, mejorar las calificaciones y ayudarlos a crecer para convertirse en mejores adultos. También es una excelente manera de hacer amigos.
Las actividades recreativas son una parte importante de la experiencia educativa de muchos niños. Estas resultan excelentes para aprender la cooperación grupal y cómo respetar a los demás, que son algunas habilidades para la vida que todos los niños y adultos usan a diario.
Las más comunes son las actividades físicas: la actividad deportiva involucran al niño en la realización de algunos ejercicios corporales, como caminatas, gimnasia, baile, natación, fútbol y otros deportes. Las actividades físicas hacen que los estudiantes estén activos y saludables, ya que sienten que aprender es tan fácil como jugar en el patio de recreo.
El aprendizaje no debe centrarse meramente en actividades autocráticas en las que el profesor pide a sus alumnos que se sienten, escuchen y escriban. Los niños son más activos que los adultos por lo que deben disfrutar de su juventud.
Algunas actividades también mejoran las capacidades mentales de un niño como en el juego de ajedrez.
Como padres y maestros, hay una variedad de lugares o actividades que podemos ofrecerles para que los niños aprendan.
Las excursiones o paseos por la naturaleza crean maravillosas actividades al aire libre para que los alumnos aprendan cosas nuevas. Las excursiones y los paseos por la naturaleza no tienen por qué ser una molestia, pero pueden ser lugares sencillos donde los niños consigan observar y aprender cosas nuevas.
Realizar actividades fuera del aula enseña a los niños desde pequeños algunas formas de vida para desarrollar su creatividad y pensamiento lógico a medida que aprenden a través de ejercicios divertidos, como habilidades de supervivencia, técnicas de cocina, deportes y muchas más actividades educativas y divertidas.
Mientras realizan estas actividades, los niños están expuestos a la socialización. Es muy importante para una persona desarrollar sus habilidades sociales para poder hacer frente a un mundo en constante cambio.
A medida que los pequeños aprenden y crecen, su seguridad está garantizada al desviar su atención hacia cosas buenas como la música, la educación, el deporte y las artes.